Los últimos procesos electorales que vienen sucediéndose en distintos países del mundo occidental dibujan un panorama de choque frontal entre diferentes corrientes y grupos de poder que tratan de conservar privilegios en un nuevo contexto económico de réditos y crecimiento menguantes. Los “globalistas” neoliberales habían mantenido una hegemonía solo cuestionada por los movimientos altermundistas en las últimas décadas. Con la brutal crisis de beneficios que el capitalismo realmente existente enfrenta desde 2007 aparecen nuevos movimientos de contestación, ya incluso desde dentro del propio sistema de poder, que reclaman un giro identitario defensivo y proteccionista, tanto en lo económico como en lo cultural, alentado tanto por élites locales rentistas como por gente tradicionalista de clases medias que ven como sus salarios y condiciones laborales no dejan de empeorar. Es así como debemos entender el ascenso de los “nacionalistas” que han ganado las últimas contiendas electorales en EEUU con Trump, en UK con el éxito del “Brexit”, que han estado a punto de ganar en Holanda con Wilders y que “amenazan” con la victoria próxima en Francia con Le Pen. Frente a este auge del capitalismo “nacionalista” (o capitalismo de “un solo país”) el capitalismo globalista (representado por el partido demócrata estadounidense de los Clinton, los “socialdemócratas” de la europa mediterránea o los liberales democristianos en centroeuropa) pierden fuelle ideológico ante su manifiesta incapacidad para frenar la corrupción y los desmanes de los grandes grupos financieros e industriales que están siendo los únicos ganadores de esta crisis sistémica en la que seguimos incrustados. Es así como se entiende la intensa campaña mediática contra esos líderes nacionalistas emergentes dentro del “bloque occidental” por parte de las grandes cadenas de noticias que comprueban como el ascenso de esta corriente de descrédito contra las supuestas bondades del capitalismo internacionalista globalizado está siendo perfectamente rentabilizada por el nacionalismo xenófobo que terminará poniendo en peligro sus intereses corportativos transnacionales.
Nacionalistas Vs Globalistas: Capitalismos declinantes en lucha.
Los capitalismos en colisión no solo incluyen el choque entre capitalismos de izquierda y de derecha sino también entre sectores de actividad. El peligroso capitalismo nacionalista tiende a establecer estrechas alianzas con sectores económicos protegidos como la industria militar o el de los combustibles fósiles, mientras el capitalismo globalista deposita más intereses accionariales en sectores como la industria del entretenimiento, medios de comunicación, energía nuclear, turismo o informática, entre otros. Los capitalismos en lucha descarnada por los réditos menguantes del mercado global van a desencadenar un nuevo escenario de mensajes contradictorios emitidos desde ese espacio de poder, hasta ahora bastante unitario, conocido como el “establishment”. Los marcos oficiales de interpretación del entorno social a los que estamos habituados se volverán lábiles e inestables creando un panorama de confusión creciente en el que las masas ciudadanas tendrán mayor dificultad para encontrar el relato que les ayude a explicar lo que ocurre en su entorno socio-económico.
Los procesos electorales, en este contexto de partidos tradicionales en declive y marcos intelectuales en crisis y confrontación, van a seguir generando interés creciente ante lo incierto de los resultados de muchos de ellos. La insuficiencia de los capitalismos, en cualquiera de sus formas, para diseñar futuros viables orientados a una humanidad en crisis abrirá espacios para nuevos planteamientos políticos más relacionados con la protección del medio natural, las garantías sobre la salud, el feminismo, la renta básica o la soberanía cultural. Previsiblemente dichos planteamientos tendrán su “ventana de oportunidad” hasta llegar a configurar una fuerza política decisiva en muchos casos dentro de las naciones del bloque occidental. Dentro de este nuevo paradigma que muy bien podríamos llamar postcapitalismo de centro , (*) destacarán los planteamientos defendidos por figuras como el holandés Rutger Bregman (“Utopia para realistas”), el austriaco Christian Felber (“Economía del Bien Común) o la española Yayo Herrero, (“Miradas ecofeministas para transitar a un mundo justo y sostenible”) entre otras muchas voces.
La antropóloga e ingeniera madrileña Yayo Herrero
(*) El término postcapitalismo ha empezado a ser usado por diferentes autores entre los que podemos destacar al prestigioso periodista británico Paul Mason en su libro de 2015 “PostCapitalism: A Guide to our Future“. (Existe versión en castellano publicada en 2016).
Javier Arias
Miembro de Ganemos Córdoba
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